Cuando 1+1 no es 2
Artículo escrito el 27 de enero de 2018.
Una columna publicada el día de ayer en el diario El Tiempo causó un gran revuelo. En ella, palabras más palabras menos, se afirmaba que ganar un dobles en un Grand Slam no es mayor cosa, ya que la modalidad de sencillos es más importante.
Las declaraciones dadas en la columna y posteriormente defendidas tanto por el periodista como por el director de la sección, se fundamentaban en que eran expertos quienes descalificaban la modalidad de dobles, y estaban lejos de fanatismos. Sobra decir que los expertos, Javier Frana y Guillermo Salatino, han expresado su descontento en cómo fueron malinterpretados en la columna.
Una de los puntos centrales con los cuales los expertos “descalificaban” a los dobles en tenis, es porque los tenistas de dobles carecen de la mentalidad para triunfar en sencillos. Ya que estos dos periodistas valoran a los expertos por sobre fanatismos, me permito dar mi opinión. En ningún momento me quiero auto proclamar experto, pero mi experiencia investigando temas relacionados con el tenis, creo que me da ciertas credenciales para hablar del tema.
¿Los tenistas de dobles son inferiores a nivel mental que los de singles? No necesariamente, tan sólo son habilidades mentales diferentes, ni superiores ni inferiores, tan sólo diferentes. Los periodistas (mal)interpretan a los expertos diciendo que el doblista se siente apoyado, es decir que tienen alguien que potencialmente cubra sus errores, y por esto son débiles mentalmente. Esto es parcialmente cierto, si bien es posible que en algunos individuos exista una disminución en la presión al saber que hay alguien atrás de ellos que pueda cubrir sus errores, esto no significa que son débiles mentalmente. ¿O acaso vamos a decir que Messi o James son unos débiles por no elegir ser arqueros?, ¿El ‘misil’ Gaviria dio signos de debilidad al pasar del omnium a la élite del ciclismo de carretera por equipos?, o ¿La gran Mariana Pajón mostró flaqueza al “escudarse” en Marta Bedoya para entre las dos darnos un oro en ciclismo de pista? Nadie pensaría esto, a no ser que tenga ciertas intenciones.
Por el contrario, en vez de querer menospreciar las habilidades mentales propias de un deporte en grupo, quisiera destacarlas. La psicología ha estado fascinada en entender temas de coordinación, comunicación y dinámicas grupales. Desempeñarse al más alto nivel con alguien al lado no significa automáticamente facilidad, muchas veces se complican las cosas. O si no, recuerde los trabajos en grupo en la universidad o en el colegio, esas experiencias en que 1+1 no fue dos. Sólo para citar un ejemplo, los doblistas en tenis, así como todos los equipos en conjunto, tienen que desarrollar lo que en psicología deportiva se ha denominado Modelos Mentales Compartidos. Esto es la grandiosa y fascinante capacidad de crear mapas/imágenes en sus cabezas que les permite a los integrantes de un grupo predecir, saber y/o actuar con base en lo que va a hacer el otro, sin que medie comunicación verbal o explícita. Es fascinante ver cómo un futbolista hace un pase al vacío porque sabe que el otro jugador va a correr al vacío, en vez de devolverse para un pase corto. Cómo Farah sabe que puede jugar agresivo porque Cabal va a subir a la red y buscar la volea fácil, en vez de retroceder a la línea de saque. Una vez más todo esto sin planearlo de antemano o hablarse para que todo salga bien. Es cierto que antes de cada punto los doblistas hablan y planifican. Sin embargo, los rallies se pueden dar de tantas maneras que lo que se dice es una planificación general. Lo que sucede durante el punto, esas improvisaciones y salvadas, se deben a que han desarrollado un modelo mental que los dos comparten. Esta habilidad que, ni todos tienen, ni es fácil de adquirir, les ha permitido llegar a la élite del tenis en dobles.
¿Cómo desarrollan esto? Con años y años de entrenamiento. Y esta es la razón por la qué hay parejas que se especializan en la modalidad de dobles (no por un tema de “inferioridad”). No hay que ir muy lejos para escuchar las palabras de quizá los mejores tenistas de la historia, Federer y Nadal, planear su primer partido de dobles en la Laver Cup. Planificaban cosas tan “obvias” como no cubrir la misma zona de la cancha o no estrellarse (cosa que en un par de ocasiones cómicamente hicieron). Es decir estaban tratando de crear un modelo compartido, ya que, como era de esperar, no lo tienen por no ser doblistas. ¿Esto los hace pésimos tenistas o flojos mentalmente? Absolutamente no, sólo demuestra que las habilidades y destrezas necesarias para dobles son diferentes.
Para terminar, quisiera hacer un llamado al periodismo deportivo para que valore y apoye a los deportistas, independientemente de si ganan o pierdan, si es un challenger o la pendejadita de la corona de dobles del Australian Open. Y esto aplica para todas las disciplinas. Todos y todas los deportistas de nuestro país han puesto miles y miles de horas en tratar de ser lo mejor que pueden ser. Miles de horas para que el todo sea más que la suma de las partes. Horas de sudor, sangre y lágrimas. Han tenido que sacrificar mucho por ir a entrenar. Y créame amigo periodista, muchas veces ha sido tanto que han querido parar, y no lo han hecho. El amor propio, el amor por su deporte y muy seguramente el amor de representar a toda Colombia, ha primado y han dando un esfuerzo más, una vuelta más, una repetición más. Incluso cuando el cuerpo les está gritando que paren. Y eso es lo que se debería valorar.
Queda claro que el enemigo más grande de un colombiano, puede ser otro colombiano. Ojalá algún día aprendamos que si dejamos los odios, rencores y envidias, cuando se junten dos colombianos, 1+1 será igual a 3.